
Una visión positiva de lo vivido.
Todos tenemos un enemigo común microscópico letal que ha despertado nuestra conciencia de vulnerabilidad y la necesidad del otro. En este confinamiento obligado, nuestros valores emergen y sobre todo lo que valoramos como vital en nuestra vida: la solidaridad, el valor de la familia y de los amigos; la importancia de cubrir nuestras necesidades básicas y las de los que nos rodean, haciéndonos conscientes de nuestro aquí y ahora, agradeciendo y siendo conscientes de la fortuna de tenernos los unos a los otros como herramienta clave para salir de la crisis que nos puede venir posteriormente.
Retos para el futuro.
Llevo años tratando de sensibilizar a empresas y profesionales para adaptarse a los cambios tecnológicos. Esta situación creo que ha cambiado el escenario de golpe y ha obligado a empresas y particulares a tener la tecnología como aliado, tanto para la continuidad del negocio con la necesidad de que sus trabajadores hagan teletrabajo como para los usuarios de a pie para virtualizar su relación con el mundo.