
Una visión positiva de lo vivido.
Aprender a tomar decisiones rápidas, a no procrastinar, a estar fuera de tu zona de confort de manera permanente, sabiendo que las cosas pueden cambiar de una manera rápida. En mi opinión esa es una de las lecciones que estamos aprendiendo en los últimos meses. Para mí, el concepto agile, ha adquirido nuevas connotaciones en el mundo empresarial. El entorno se ha vuelto tan cambiante, que la planificación también ha adquirido un nuevo significado. Hay que aprender a planificar y replanificar, adaptarte al entorno y tener siempre un plan A, pero también un plan B e incluso un plan C. Sin ninguna duda, este “entrenamiento” servirá para que cuando las cosas tiendan a normalizarse, aquel que haya sabido adaptarse mejor se sentirá como una bailarina a la que le han quitado un gran peso de encima. Habrá perdido grasa y habrá ganado músculo. Habrá conseguido aquello que siempre hemos pretendido: ser más digital, más líquida, más centrada en el empleado y también en el cliente, y además, en muy poco tiempo. El esfuerzo está siendo grande y lo importante será saber mantenerse y no convertir los cambios en una dieta milagro de ida y vuelta.
Retos para el futuro.
Nunca nadie supo cómo iba a ser el futuro, y yo no me atrevería a predecirlo, pero sí me atrevo a decir que será mejor, seguro, que lo aprendido y acumulado en estos meses nos servirá para tomar consciencia de algunas equivocaciones que hemos cometido en el pasado, y que todo esto es una oportunidad para reaccionar, para enderezar nuestro rumbo y elegir nuevos caminos que quizás antes ni siquiera nos habríamos planteado. El mercado seguirá siendo exigente, porque siempre lo ha sido, demandará de las empresas una mayor empatía aportando soluciones a sus demandas. Sabrá reconocer el esfuerzo de los que han sabido adaptarse y pagará por ello, pero habrá aprendido a discriminar, ya que las situaciones difíciles agudizan el ingenio y cambian la perspectiva, por lo que creo que en ese sentido nadie derrochará su dinero en aquello que no sea útil, no sea una solución a sus necesidades, no cuente con unos valores y no esté acorde a una expectativa de mejora.