
Una visión positiva de lo vivido.
Esta crisis nos ha permitido poner realmente al empleado en el centro, buscar su prevención por encima de muchas otras prioridades y demostrar la esencia de “people” que nos caracteriza como RH. Y una vez nuestra gente lo ha percibido de forma directa, el engagement crece de forma exponencial. Cada detalle importa y esta crisis nos ha brindado muchas ocasiones para estar pendientes de cada empleado, de su bienestar emocional & físico. Al haber ayudado RH ahí, nos predispone positivamente para el futuro desarrollo y retención de ese talento.
Retos para el futuro.
Esta crisis implica no solo un cambio en la forma de trabajar sino también en la forma de vivir. El teletrabajo ha venido para quedarse por lo que aspectos como la confianza con el manager, su estilo más flexible de liderazgo o el foco en el performance o consecución de objetivos va a estar por encima del presentismo. El balance entre la vida personal y profesional, la estrategia en la prevención y salud del empleado, la apuesta por el talento “deslocalizado”, el reporte matricial … en definitiva una tercera revolución industrial.