
Una visión positiva de lo vivido.
Sin duda lo más admirable es la capacidad del ser humano de crecerse y dar lo mejor de sí mismo ante las adversidades. Muchas empresas están siendo capaces de luchar contra las adversidades, particulares y generales, rehaciendo sus porfolios de servicios y su forma de trabajar (cosa que a buen seguro en situación normal habría llevado meses de estudios y análisis), con el objetivo de ayudar y colaborar con damnificados, clientes y, por supuesto, para sobrevivir a esta crisis.
Retos para el futuro.
Nada será igual. A partir de ahora los planes de contingencia no se van a centrar primordialmente en levantar sistemas y mantener redes, que evidentemente es algo fundamental, sino que también van a adquirir mayor relevancia aspectos como la gestión de personas, seguimiento de proyectos y una mayor conectividad entre los equipos.