
Una visión positiva de lo vivido.
En las situaciones complicadas es cuando más se aprende. Y en esta hemos aprendido a valorar lo que es realmente importante, la salud y el empleo, frente a lo accesorio, formado por otras necesidades que muchas veces nos creamos nosotros mismos. Hemos aprendido también a poner en valor el trabajo de muchas profesiones que normalmente no son suficientemente reconocidas y sin las cuales, como se ha demostrado en esta crisis, no podemos vivir. A anteponer el bien común frente a los intereses particulares. Y también hemos aprendido que hay nuevas formas de trabajar.
Retos para el futuro.
Mi esperanza es que estos aprendizajes nos sirvan para invertir más en los sectores que han demostrado mayor valor añadido, por ejemplo la sanidad, la investigación y la industria. También que utilicemos esta crisis como una oportunidad para reforzar y mejorar las nuevas formas de trabajar y que no se queden en algo coyuntural. Y que aprendamos a vivir de forma más sostenible para el planeta, para la comunidad y para nuestra vida personal y familiar. No espero que seamos más fuertes, pero sí que hayamos aprendido algo.